La empresa, la globalización y un mundo segmentado

A pesar de tratarse de un mundo globalizado, existe una enorme brecha entre el nivel de vida de diferentes regiones; algunas están atrapadas en altos niveles de pobreza, mientras que otras incrementan considerablemente su riqueza. El papel de las empresas, ante tal situación, puede ser determinante para aminorar o incrementar dichas disparidades. En el presente ensayo, se profundizará en cómo la globalización ha transformado la forma de accionar de las empresas; posteriormente, cómo puede influir en la pobreza de una región; luego, en la importancia de las decisiones para disminuir la miseria y finalmente, una conclusión general. Para una mejor compresión se emplearán ejemplos conforme se desarrolle la temática.

El poder de los mercados globalizados
La globalización es un proceso de transformaciones económicas, sociales y políticas (Altvater & Mahnkopf, 2002) que ha influenciado significativamente el ámbito empresarial, pues los mercados han adquirido un poder que se extiende más allá de las fronteras y, como resultado, la distancia ya no determina quién puede ser un socio, un inversionista o los insumos y mano de obra a utilizar. Las compañías que más se han beneficiado de este fenómeno son aquellas que cuentan con los recursos suficientes para competir en un mundo global: las transnacionales. Los CEO de estas han sabido tomar ventaja de la situación e idear estrategias que maximicen sus utilidades, ahora establecen sus fábricas en los lugares donde los sueldos son más bajos y no tengan que responder por gastos sociales o medioambientales.  Por ejemplo, en Peoria, las planillas de la firma Caterpilllar eran muy baratas y la compañía no ofrecía condiciones laborales dignas, pues sus empleados no tenían la potestad de exigir porque su otra opción era quedarse sin empleo y que la empresa buscara mano de obra en otros lugares como Japón o Singapur, países que crearon elites de mano de obra preparada para especializarse en el outsoursing  (Martin & Schumann, 1998).

* Desarrollo o estancamiento
Pareciera que el mundo se vuelve uno (Martin & Schumann, 1998), ya que la comunicación y la movilidad de los recursos es cada día más global. La libertad que han adquirido muchas entidades económicas y comerciales atemoriza a quienes están en contra de la globalización, debido a que ha permitido imponer una agenda que conviene a pocos, pone en desventaja a los que no lograron subirse a ese “tren” desde un principio y los recursos estrategicos se privatizan (Estévez, 2006). Un claro ejemplo de tal situación es que solo el 20 por ciento de la población del planeta utiliza el 80 por ciento de los recursos, lo que refleja que para mantener el estilo de vida de ese pequeño porcentaje de personas, más y más gente se hunde por debajo de la línea de pobreza, al no disponer de los mínimos recursos para llevar una vida digna (Díaz, 2009). Se vuelve notoria la existencia de sectores de la población que no logran percibir los beneficios de este proceso tan complejo, pues parece que el destino de los poseedores está intrínsecamente unido a la suerte de los totalmente desposeídos. Es aquí, donde las empresas juegan un papel decisorio ya que los mercados pueden convertirse en fuertes motores de desarrollo o simplemente dejar de lado las zonas más empobrecidas; se trata de crear una nueva balanza que combine el capital humano con el financiero, los fines estratégicos del mundo rico con un nuevo prototipo de planificación en el mundo pobre. Las nuevas empresas, incluso las ya existentes, podrían poner fin al comercio injusto, a la suerte injusta y a una relación que se ha tornado abusiva por parte de los más poderosos (Sachs, 2005). Estas podrían percibir muchos beneficios al cambiar su forma de operar y pasar de una que sea meramente económica, a una que sea económica-desarrollista.

* Tomando decisiones inteligentes
La competencia globalizada puede devastar la cohesión social y con ello generar serios costos sociales (Martin & Schumann, 1998). Ignorar la situación de los más desfavorecidos puede convertirse en fuentes de malestar, violencia e incluso terrorismo mundial. Pagar el precio de la igualdad ya no es solo un asunto de generosidad, más bien un asunto de inteligencia basado en el respeto a la vida humana que puede conducir a un mundo más seguro, sustentado con el éxito económico. Una muestra evidente es el hecho de que Estados Unidos ha emprendido una guerra contra el terrorismo pero ha desatendido las causas que lo provocan; si tomara decisiones acertadas para solventar la crisis de la pobreza extrema y con ello crear una licencia social, garantizaría su propia seguridad nacional (Sachs, 2005). Lo mismo podría aplicarse a las empresas, por ejemplo a Intel e Ebay, que han tenido un rotundo éxito en su mercado y también se han ganado, a través de sus acciones a favor de la sociedad, el respeto del público y del gobierno y así generan una licencia social para evitar cualquier vulnerabilidad social (Baron, n.d.). Si las empresas no logran tomar estas decisiones por sí mismas, el Estado debería establecer las regulaciones necesarias para ello (Luttwak, 2000).

Luego de profundizar en dicho tema, se puede concluir que un entorno empresarial adecuado puede ser fundamental para generar crecimiento económico y reducir los niveles de pobreza. Si bien es cierto, la globalización ha fortalecido al sistema capitalista y con ello a la libre empresa, esta autonomía ha permitido el manejo indiscriminado de recursos y la exclusión de regiones enteras del planeta que no poseen los bienes necesarios (infraestructura básica, alimentación, sanidad, educación) para mantenerse o competir con los que sí han tomado ventaja. El poder intelectual, el desarrollo del sector rico y las regulaciones necesarias pueden hacer que el fin de la pobreza sea una posibilidad futura. Se necesita actuar apropiadamente y emplear las riquezas para combatir un mundo segmentado, de esta forma poner un alto a la situación de quienes todavía están atrapados en la miseria y de paso establecer un fuerte vínculo entre la humanidad y las empresas que contribuya a obtener seguridad y sostenimiento económico (Sachs, 2005).

Referencias bibliográficas

Altvater, E., & Mahnkopf, B. (2002). Las limitaciones de la globalización. Siglo XXI.

Baron, D. Business and its enviroment. Prentice Hall.

Díaz, P. (Dirección). (2009). The end of poverty: think again [Película].

Estévez, C. (Dirección). (2006). Voces contra la globalización [Película].

Luttwak, E. (2000). Turbocapitalismo. Crítica.

Martin, H., & Schumann, H. (1998). La trampa de la globalización (págs. 123-173). Taurus.

Sachs, J. (2005). En El fin de la pobreza (págs. 19-29). Editorial Debate.

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