La lucha se convirtió en honor:

Su Alteza Real, Sr. Presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, damas y caballeros aquí reunidos y demás personas que escuchan este saludo mundial:

La pobreza es una de las principales armas que apunta a los más desfavorecidos y los desangra lentamente. ¿Será eterna?, ¿se desgastará algún día?, ¿qué podemos hacer para destruirla? Esas fueron algunas preguntas que cambiaron mi vida y la de miles de personas en África.

Agradezco a la Sociedad Española y a la Familia Real por haberme otorgado tan valioso reconocimiento. La esencia de este servirá para que muchos otros tomen la determinación de luchar para erradicar la pobreza extrema de ese continente tan necesitado.

Estamos acostumbrados a escuchar noticias un tanto desagradables, pero esta vez, respaldada con la ayuda de mi gran amigo y economista Sala i Martín, adquiero este premio por haber contribuido al crecimiento económico en África y como consecuencia haber reducido un poco más del 36% los índices de pobreza extrema. Luego de años de investigación e implementación de proyectos en el área laboral y social de la región, empiezo a ver los resultados.

África posee las condiciones necesarias para salir adelante, pero factores negativos como su frágil democracia, la crisis global y los pésimos panoramas mostrados al mundo entero desalientan la mayoría de iniciativas a apoyarla.

Mucho se ha dicho sobre cómo los países desarrollados superan sus dificultades económicas, pero muy poco se conoce sobre la verdadera situación, que poco a poco mejora, en el continente africano. Las perspectivas de lo que vendrá son realmente alentadoras.

Las familias que vivían con menos de un dólar al día ya desaparecieron; los niños, que tenían el 16% de probabilidades de morir de hambre antes de los cinco años, ahora pueden pensar en qué ocuparán su fuerza laboral cuando sean mayores. De igual manera, hay innumerables beneficios de los cuales son parte las mujeres, como  por ejemplo, los talleres textiles artesanales, cuyos artículos han propiciado un mercado muy rentable en América.

Y es así como más adelante seguirán floreciendo nuevas oportunidades para sostener la economía y reducir por completo la pobreza extrema en África. Como mencioné antes, este premio será el llamado para que muchos inversionistas y personas altruistas dirijan sus esfuerzos a esta mina de esperanzas. Reitero mi enorme gratitud, pues mis esfuerzos se han convertido en la luz de aquellos que antes solo veían obscuridad.